En el año 2004 se celebró el primer Ciclo de Conferencias de Diseño, organizado por la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Orihuela (EASDO). Dentro de este ciclo, tuve la oportunidad de realizar mi primera ponencia y exposición profesional en público, acompañado por mi entonces compañera de trabajo, Begoña Añón. La ponencia tuvo lugar en el salón de actos del edificio Aula de Cultura de la Fundación CAM, el 6 de mayo.
Por aquel entonces llevaba algunos años trabajando de forma intermitente en el departamento de grafismo de la extinta televisión autonómica valenciana, en los canales Canal 9 y Punt 2. Begoña Añón ya contaba con una trayectoria previa en el mismo departamento.
Mi entrada en el equipo se dio a través de un contrato en prácticas con una duración de dos años, junto a otros seis compañeros y compañeras. Uno de ellos, Pablo Ruiz, al finalizar su contrato, pasó a trabajar como profesor en las Escuelas de Arte y Superior de Diseño de la Comunidad Valenciana.
En ese contexto, y como iniciativa de la escuela de Orihuela, se decidió organizar este primer Ciclo de Conferencias de Diseño.
Supongo que fue idea de Pablo proponer una ponencia sobre Grafismo Televisivo, dado su experiencia en el área, y que él mismo consideró que Begoña y yo éramos una buena elección para abordar el tema. Esta invitación me honra profundamente, ya que en aquel momento había personas con mucha más experiencia en el campo.
La ponencia se extendió algo más de una hora. El salón estaba lleno, y, debido a nuestra inexperiencia en exposiciones públicas, Begoña y yo no teníamos muy claro cómo estructurarla.
Durante el trayecto en coche desde Valencia hasta Orihuela, fuimos dialogando y estableciendo algunos puntos clave sobre los que hablar. De manera natural, la ponencia se desarrolló como un diálogo entre ambos, alternando turnos de palabra sin necesidad de moderación.
Abordamos las particularidades de trabajar en diseño gráfico en un área donde lo técnico es tan relevante como lo artístico, y donde el movimiento transforma la imagen a lo largo del tiempo. También tratamos una parte más polémica, destacando las dificultades de trabajar en un ente público con una fuerte intervención política.
Hablamos de las particularidades de trabajar en diseño en un área donde lo técnico es tan importante como lo artístico, y donde el movimiento modula la imagen a lo largo del tiempo.
Llegamos a mencionar cómo, en ocasiones, se nos indicó qué colores no debíamos utilizar para evitar favorecer a ciertos partidos políticos.
El público, compuesto mayoritariamente por estudiantes de la escuela y parte del profesorado, se mostró muy agradecido y generoso con sus aplausos, lo que alivió la tensión que Begoña y yo sentíamos al ser nuestra primera experiencia como ponentes. En 2004, las redes sociales aún no estaban generalizadas, no existían los smartphones, y el uso de cámaras fotográficas en móviles era muy limitado. Por ello, no he encontrado fotos ni vídeos de aquella primera ponencia. Tampoco he hallado información sobre aquel Ciclo de Conferencias de Diseño. Hoy en día, la EASDO organiza unas jornadas de diseño denominadas “Origina”. No estoy seguro de si aquel primer ciclo fue el precursor de estas jornadas, ya que, cuanto más retrocedes en el tiempo, más difícil resulta encontrar referencias o memoria en internet.
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