Con el reciente estreno de «X-men; días de futuro pasado» se ha desvelado uno de los grandes momentos que tenía preparados su director Brian Singer. Me refiero sin duda a la escena de la cocina con Quicksilver (Mercurio) como protagonista. Espectacular. La verdad es que ha puesto el listón bien alto en esa pequeña-gran batalla friky entre FOX y Marvel, incorporar al mismo personaje (desconectado entre ambas) e interpretado por distintos actores en sus franquicia estrella de superheroes (X-men para unos y Vengadores para otros. Yo estaba decantado claramente (prejuzgando) por la versión Aaron Taylor-Johnson. Soy de esos de los que no veía al personaje con esa chaquetilla y peluca rancia. Pero después de ver la película y en concreto la escenita, reconozco que espero con ganas ver la puesta en escena de ATJ en «Age of Ultron».

Algo de material del Making OF

Vale, ya me he liado. El caso viéndola me ha dado por reflexionar un poco por el cambio de enfoque que ha sufrido la recreación de la supervelocidad en el cine, sin duda propiciado por la postproducción y efectos visuales digitales. Hace años, la cuestión era relativamente fácil (por lo menos la solución más sencilla) de abordar. Un personaje que se mueve muy rápido (Speedy Gonzalez, Correcaminos, Flash, Superman…) a penas nos dará tiempo a verlo y quedará reflejado como una estela difusa, igual que ocurriría al ver pasar un F1 por delante de nuestros ojos. Los trucos visuales utilizados eran básicamente aceleración del clip, aunque si se trabajaba el efecto podía ser útil una grúa, o efectos de postproducción, como una estela pintada, nubes de polvo levantado o «eco de tiempo» superponiendo fotogramas.


Aunque yo me quedo de todas las referencias posibles con la genial frikada «The Wizard of Speed an Time» de Mike Jittlov, un maestro de la animación Stop Motion (y pixilation) que en un ejercicio de metacine decidió convertir en largo contando las peripecias que paso él mismo para obtener financiación para su proyecto animado. Creo que debió dejarlo en corto.

Hoy en día, se opta cada vez más, por estirar el tiempo haciendo que un breve lapso de tiempo de acción se narre durante mucho más tiempo del real. Aunque se pueda encontrar referencias del efecto anteriores a 1999 (especialmente en el cine de acción oriental), quizá fue «The Matrix» de los hermanos Wachowski quienes con su «Bullet time» y su éxito internacional iniciaron el concepto de VFX que se ha ido perfeccionando con los años.

Es curioso que en la misma escena, se muestra el concepto de supervelocidad interpretada de dos formas distintas. El agente se mueve ante nuestros ojos veloz, y apreciamos estelas con desenfoque de movimiento, y un efecto de eco de tiempo (se mantiene un fotograma, a lo largo de los siguientes, lo cual permite ver la figura de agente duplicado o triplicado). Por otro lado Neo esquiva las balas, pudiendo ver como se desplazan lentamente en el aire, y algo que debería ocurrir en centésimas de segundo, se prologa durante varios segundos. Después de esta acción Trinity asegura que Neo se ha movido como ellos (los agentes). Es decir, tenemos un «mismo» movimiento super veloz representado visual y conceptualmente de dos formas distintas.

Posteriormente se repite un efecto semejante pero quizá cada vez más complejo buscando rizar rizos. Más parecido aún que el bullet time de Neo a la escena de Quicksilver en X-MEN DOFP resulta esta escena de «The one» de 2001, e interpretada  por Jet Li


y algunos otros ejemplos relevantes, más o menos conseguidos.


Bueno, habrá quien dirá «te ha faltado entre otros algún clip de ‘300’» Creo que las escenas de lucha de 300 resultaron muy espectaculares. Esos cambios de velocidad entre ralentizado y tiempo «real»… Pero conceptualmente esas escenas van por otro lado. En 300 los cambios de tiempo reproducción afectan a todos los personajes. Permite al espectador ver en detalle golpes y recrearse en la acción. Pero no hay más velocidad en unos personajes que en otros, todos funcionan coherentemente. Todas las escenas que he referenciado pueden resultar unos precedentes más o menos cercanos a la escena de X-Men: DOFP que abría la entrada. Hay una ralentización, el tiempo se estira, pero dentro de la acción los personajes «normales» se ven a baja velocidad, pero por contra, el personaje super-veloz, se mueve a velocidad normal, o incluso más rápidamente.
Y es que, más allá de las diferencias técnicas entre una forma u otra de representar la supervelocidad, lo importante es sin duda el aspecto conceptual. Podría decirse que el personaje superveloz en el pasado se muestra como superior al espectador, no dejando que este pueda ver si quiera todo lo que ocurre en la acción, lo cual lleva un alejamiento. La nueva forma de representación permite disfrutar al espectador e incluso recrearse en los detalles de la acción, y esto propicia una identificación con el personaje veloz. El paradigma dual lo podemos identificar en la escena de The Matrix. Cuando se mueve el agente, a panes vemos lo que hace. Cuando Neo emula ese movimiento rápido, el espectador ve como hay un esfuerzo por esquivar las balas, y puede ver hasta como una de las balas hiere al protagonista.